Ramos nunca imaginó que el mismo árbitro al que le pediría un favor lo terminaría expulsando del Clásico. Poco después del juego publicó una foto con en la que se ve una playera firmada por el Real Madrid que decía: 'dársela al árbitro' (Hernández Hernández) y nadie sabía por qué.
Resulta que antes del partido, dejó ese paquete para que se entregara en un hotel de Lanzarote, una isla de España en donde vive uno de los amigos de Ramos y el árbitro.






