Por: Roberto Quintanar
Acostumbrar al paladar a un ingrediente diferente puede resultar en una dicotomía cuando un alimento es preparado tradicionalmente de una forma. Si a una comida le quitamos su elemento principal… ¿sigue siendo esa comida o la hemos convertido en otro platillo?
Pumas ha convertido el elemento principal de sus platillos en un condimento opcional, so pretexto de los compromisos que se tienen en puerta para este atareado 2016. Ese alimento llamado Universidad Nacional siempre se distinguió por contar con el ingrediente base ideado por Renato Cesarini y perfeccionado por Mario Velarde y Bora Milutinovic: la producción de jugadores, teniendo como principal consecuencia un importante número de oportunidades para los jóvenes formados en las propias entrañas del club auriazul.
Los reglamentos y las filosofías cambian para adecuarse a las exigencias de los tiempos. La Liga MX, hoy más que nunca, es un producto muy rentable en el que el aspecto comercial rebasa al deportivo. Para un equipo que desde hace un lustro ha librado una batalla intestina para reestructurar sus cimientos en medio de una era en la que aficionados, patrocinadores e inversores exigen resultados inmediatos, una era de transición parece lo lógico para resanar lo resquebrajado. Ese es el motivo por el que existen voces que justifican el que Pumas haya convertido al refuerzo en su ingrediente principal para este año.
Sin embargo, si algo hacía de Pumas un equipo único era esa apuesta: cerrar la cartera y voltear a la cantera. Independientemente de las críticas realizadas al trabajo en fuerzas básicas, José Luis Arce, director de la cantera de Universidad, afirmó hace unas semanas que existe en este momento una buena generación juvenil, jugadores con capacidad, con cualidades para aparecer en la Primera División. Pero los mensajes enviados por los distintos elementos del club parecen encontrados…
Los resultados deportivos con esta nueva apuesta parecen ser buenos en el corto plazo. Universidad encontró regularidad con la base construida por Memo Vázquez y el equipo estuvo cerca de llegar al campeonato en el torneo Apertura 2015.
Pero este cambio (que se dice momentáneo) de filosofía podría transformar el platillo para siempre. Pumas no es Pumas sin su ingrediente principal. Independientemente de los resultados, las formas importan. El sabor no es el mismo sin eso que siempre se ha tenido en cada uno de los títulos conseguidos por el equipo. Si, como dice Jorge Borja, encarar un torneo arriesgando con jóvenes es casi imposible bajo esta dinámica comercial del campeonato de seis meses, podemos olvidarnos de ver algo diferente en el menú al ver el nombre “Club Universidad Nacional”.
¿Cuál es en este momento la diferencia entre las filosofías de Cruz Azul y Monterrey con la de Pumas? Cuando nos traen la carta a la mesa, el ingrediente principal en los tres casos es el refuerzo extranjero. Por el bien del futbol mexicano y de su propia historia, los del Pedregal están obligados a recuperar en el mediano plazo eso que les hacía un platillo muy distinto. Si el éxito llega bajo la filosofía del refuerzo, esto no debe hacer que Universidad pierda la memoria y se convierta en uno más.