Real Madrid recibirá al Barcelona este sábado para disputar una edición más del Clásico. Cuánto jugará Messi o si Sergio Ramos tendrá que inflitrarse para no faltar a la cita ya no es el tema central; los hechos recientes en París y las amenazas en Bruselas han resultado en un redoble de seguridad en el Santiago Bernabéu y los alrededores para evitar cualquier sorpresa. La protección es el tema.
Un partido entre los dos equipos más populares del mundo genera por sí mismo un despliegue especial de seguridad y hasta ahora ha sido efectivo. Sin embargo, esta vez los filtros para ingresar al estadio serán más exigentes, por lo que los aficionados, especialmente los visitantes, serán trasladados con anticipación para evitar acumulaciones en los accesos.
La policía deberá asegurarse que quienes quienes circulen el sábado por las zonas cercanas al estadio tengan un boleto. Pero desde estos días revisarán minuciosamente los movimientos a las afueras, desde los automóviles que se estacionen hasta los ingresos al tour. Perros adiestrados peinarán las calles en busca de explosivos.
A pesar de que se ha buscado mantener la calma alrededor del futbol, las medidas de seguridad han crecido. El Barcelona viajará a Madrid y volverá a casa el mismo día, en el avión no irán esta vez miembros de la prensa, únicamente aficionados, y serán protegidos por cuerpos especiales de Cataluña.
El Gobierno de Madrid ha confirmado que unas 1.100 personas entre policías, vigilantes, miembros de seguridad privada, auxiliares y efectivos de emergencia tendrán la responsabilidad de que al final del partido sólo se hable del ganador en la cancha.
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