Por Miguel Ramírez Lombana
Emilio lo decidió tras la emergencia; dicen que Javier Alarcón le dio la idea de llevar al otrora técnico americanista al repechaje con Nueva Zelanda. La decisión rindió frutos inmediatos. Se calificó al Mundial sin problemas (¡faltaba más!), y poco a poco se fue generando buena vibra con el carismático entrenador que llegaba con pocas expectativas a Brasil.
Hace menos de 36 horas, México alzó una nueva Copa de Oro y con ello se vislumbraban tiempos tranquilos… al menos hasta el 9 de octubre. Pero no, Miguel Herrera decidió lo contrario y cavó su propia tumba a punta de golpes. Hoy Emilio y compañía ya buscan nuevo DT para el producto futbolero más rentable del país.
Un año atrás, México logró conjuntar tres agradables partidos en Brasil 2014 con buen futbol y un grupo enchufado; luego se perdió en el cuarto, no por un famoso hashtag, sino por claros errores desde el banquillo. Aún así, la Selección dejó un grato sabor de boca. El técnico enamoró a un país y al mundo entero a base de alocadas celebraciones y se ganó la continuidad. Siempre reiteró que llegaría a Rusia. Sí, ese Piojo que nos caía bien y que fascinó a más de uno en Brasil por sus formas fuera de la cancha, no será más técnico del Tri. Sus amigos y colaboradores también se quedarán sin chamba.
Pasaron los meses y Miguel se convirtió en el personaje favorito de las marcas, esas que le dan vida al deporte más poderoso del país. Y si bien se hablaba de la omnipresencia del Piojo en los comerciales, no fue hasta que rebasó sus límites con sus malditos tuits del 7 de julio, cuando Herrera se dio cuenta del gravísimo error de ser un “influencer” de un partido muy poco querido en las redes sociales. Ahí, desde su celular, en menos de 140 caracteres, preparaba su catástrofe.
Lo demás, ya lo conocemos. Fracaso total en Copa América y un inmerecido título en Copa de Oro, no solo por los penales inventados, sino por el bajo funcionamiento del equipo tricolor en la mayoría de los partidos. Se supone que tendríamos la mejor alineación de nuestra historia y no fuimos capaces de demostrar superioridad ante los rivales del área. Avanzamos a la final por un atraco arbitral y nuestra participación en la final no era merecida. Punto.
A Miguel se le despedirá por agredir a Martinoli. Decisión acertada, su puesto amerita una conducta intachable como ejemplo para los niños aficionados en este país; sin embargo, que no haya duda que su salida también va acompañada del pobre accionar en la cancha que los “verdes” demostraron en Chile y en seis ciudades de los Estados Unidos. Al interior del grupo, de manera forzada, siempre quisieron mostrar y presumir unidad cuando afuera, lo que más se percibía, era una falta de liderazgo y disciplina; así como el DT reta y encara, sus pupilos también, al menos en redes sociales, donde pasan mucho tiempo. Los Dos Santos han mostrado inmadurez y poca categoría comprándose una bronca que no era suya. Claro está que se dieron cuenta de ello al borrar sus tuits minutos después.
¡Y otra que duele! Miguel pudo haberle indicado a Guardado que echara el penal afuera contra Panamá… si bien es un asunto complicado, toda credibilidad perdida se pudo haber recuperado; la noticia que abrazaba el fair play de la Selección Mexicana y su técnico habrían dado la vuelta al mundo con mayor virulencia que el triunfo en Copa de Oro; lamentablemente, se perdió una oportunidad histórica para un país que exige a gritos mensajes de congruencia y confianza.
Se critica siempre la importancia que le damos al futbol en nuestras vidas (¿quién habla hoy del dólar en 16.60?). Al menos que ese masivo interés sirva de lección a los niños de este país, si Guardado lo hubiera fallado (por órdenes del Piojo), mi hijo de 10 años se hubiera ido a dormir mucho menos confundido, más tranquilo por visualizar algo que a su corta edad entendía como lo correcto.
Mi suegra, algo consternada, me preguntaba, “¿esto le fastidia la carrera al Piojo?”, a lo cual respondí: “No señora, no se preocupe, acá la memoria es corta y en este país, el señor Herrera tendrá chamba en los siguientes meses”.
Mención aparte merece Luis García Postigo por la categoría con la que se condujo en el penoso incidente. Aplausos al Doctor.
Por cierto, no olvidemos que el Tuca Ferretti está a dos partidos de ser Campeón de la Libertadores. Agur.