Por: Ángel Armando Castellanos | @aranha_azul
En teoría tendría que ser un fracaso de consecuencias inmediatas. En la práctica no lo es. Que México pierda en cuartos de final de la Copa Oro no significa mucho para los directivos mexicanos. Tres veces pasó y no hubo despido posterior del entrenador en turno.
La historia lo dicta. El único “pero” que podría existir es que esas tres eliminaciones se dieron con equipos “alternativos”, nunca con el estelar, como en esta ocasión. El México lleno de europeos no pudo ante Costa Rica. La excepción a la regla podría llegar al no haber “pretexto”.
En 2000 el México de Manuel Lapuente fue eliminado por Canadá. Los anfitriones vencieron 2-1 con gol en tiempo extra. Esa selección distaba de ser la estelar. Del equipo que había ido al Mundial de 1998 sólo sobrevivían Óscar Pérez, Juan Francisco Palencia, Ramón Ramírez, Jesús Arellano y claudio Suárez.
La salida de Manolo se dio meses después por problemas con directivos de la Federación Mexicana de Futbol. Su último partido dirigido fue ante Panamá y México ganó 7-1.
Dos años más tarde, Javier Aguirre llevó los destinos tricolores. El resultado fue la eliminación en penales ante Corea del Sur. En el plantel destacaban Adolfo Bautista, Antonio De Nigris, Antonio Sancho y José Antonio Noriega. Al ser tomada como una competencia de preparación, la caída no generó mayor molestia en la Femexfut.
En 2005 México volvió a sucumbir en cuartos de final contra Colombia 2-1. El equipo venía de competir en la Copa Confederaciones. Fueron pocos los elementos que jugaron ambos torneos. Carlos Salcido, Ricardo Osorio, Gonzalo Pineda, Francisco Rodríguez y 'Sinha' destacaron. El momento que vivía México era tan bueno que poco importó la caída.
Hoy, la caída ante Costa Rica podría costarle el puesto a Miguel Herrera. Él, a diferencia de sus antecesores, sí compitió con el mejor plantel disponible en el torneo regional.