En dos meses, Andrés Iniesta cumplirá 31 años. Pocos para la vida, suficientes para el futbol. Decidió entregarse al deporte desde que tenía 12, ya van casi dos décadas. La nostalgia le pesa, lo deja entrever en una entrevista que le hace El País. Una con la que resucita vivencias, tantas, que le hace caer en cuenta de cuánto tiempo ha pasado.
“Me siento responsable y veterano, un viejito casi”, explica entre risas. Iniesta tiene la misma visión en el campo, que en su trayectoria. No la mira en un sólo ángulo. Ni la piensa perfecta por aquel gol para España que lo llevó a la gloria, ni la piensa imperfecta por aquel día que formó parte de la humillante derrota en la fase de grupos en Brasil 2014.
“Realmente no pienso en eso (cómo serán recordados). Igual, cuando pasen los años, lo deje y repase mi trayectoria, veré que hay una selección que hizo muy bien las cosas. Me siento muy orgulloso y feliz de lo que he vivido en primera persona. Es gratificante haber conseguido tantos sueños. Lo que venga no tiene por qué ser peor”, explicó.
Se le cuestiona si aquel gol frente a Holanda que le dio a España la Copa del Mundo cambió más al futbol o a su persona. “Si cambió al futbol, fue para bien. Pero en lo que a mí respecta, sigo siendo el mismo. Bueno, han pasado cinco años, eso sí. Creo que tiene más incidencia en lo exterior que en lo interior. Tampoco pienso en aquel día cada mañana, pero no sé, nunca volveremos a ganar el primer Mundial. Con un poco de suerte, vendrán otros, pero aquel siempre estará ahí. Es como el primer beso, siempre es especial”.
'El Fantasmita' espera su segundo hijo, su vida personal va a la mitad del camino. En el futbol en cambio, está Isco que le recuerda que ya se acercan las nuevas generaciones a pisarle los talones. Pero hasta en eso se muestra maduro, sabe que como él no habrá ninguno pero se alegra de que haya un nuevo jugador “tan bueno en su posición” y se lamenta de que tenga que sufrir comparaciones.
Él mientras tanto, como el primer día, se dedica a seguir disfrutando de su tiempo en el terreno de juego. Disfruta del Barcelona, su club de siempre, el que conoce de los pies a la cabeza. “Sufro cuando toca sufrir, pero disfruto. Estoy capacitado para sufrir. Siempre he trabajado. Lo que pasa es que parece que antes no corríamos y corríamos, claro que corríamos. Y Si no corres, no juegas; ha sido así toda la vida en el Barça y en todos sitios”.
Corre Iniesta, corre, que los años te alcanzan y los que vimos lo mejor de ti no te queremos ver nostálgico, aún no estamos listos para decir adiós, aún con Isco no nos queremos despedir de ti.