Por Nardo Záizar
Tratándose de clásicos, los nervios se apoderan de los aficionados a ambos equipos que lo disputan. Son partidos que se sufren de inicio a fin porque nadie quiere una derrota y todos desean la victoria. Por ejemplo, en Turquía, hinchas del Galatasaray que vieron por televisión el juego contra Fenerbahce se volvieron locos.
Tuvieron que ser calmados por la dueña de la casa para evitar que destrozaran el hogar debido a su enojo. ¿Qué les molestó? Que su equipo fallara una oportunidad clara de gol en el último minuto. Era importante para ellos ganar porque estaban de visitantes y porque así mantendrían ventaja de puntos sobre Istanbul, sublíder de la liga turca.
Al final empataron sin goles. Con ese puntito, Galatasaray se mantiene como líder con 54 unidades, pero Istanbbul le pisa los talones con 53 después de vencer a Besiktas.
Todo apunta a que la señora intervino a tiempo para salvar sus muebles.